Si vas a viajar por Argentina, hacerlo en tren es una de las formas más lindas. Te presentamos todos los trenes de larga distancia de Argentina, para que puedas recorrer el país viajando en ferrocarriles nacionales de norte a sur.
Si bien el desarrollo de los trenes nacionales no ha sido fuerte desde hace años, son varias las líneas de tren que puedes aprovechar para viajar en Argentina. Al sur o al norte, viajando en un servicio de larga distancia podrás ahorrar dinero, ya que el tren es el medio de transporte más económico.
Servicios de Larga Distancia
Tren a Bahía Blanca
Leer Más
Tren a Bariloche, ¿Cómo hacer este viaje?
Leer Más
Tren a Córdoba
Leer Más
Tren a Mar del Plata
Leer Más
Tren a Pinamar
Leer Más
Tren a Rosario
Leer Más
Tren a Tandil
Leer Más
Tren a Tucumán
Leer Más
Tren Sanitario de Argentina
Leer Más
Ventajas de viajar en tren por Argentina
Recorrer el país en servicios de ferrocarril tiene muchos beneficios, aquí te contamos los que para nosotros son los principales:
- Vas a ahorrar, ya que el tren es la forma más barata de viajar en el país
- Vas a colaborar con el desarrollo de los ferrocarriles nacionales, fundamentales para el desarrollo económico de la Argentina
- Vas a conocer gente, ya que el tren te permite circular, ir al vagón comedor, charlar con otros pasajeros
- Vas a deslumbrarte con paisajes únicos que solo este país te puede ofrecer
- Vas a llenarte de nostalgia, una sensación única y difícil de describir, que solo el viaje en ferrocarril te puede dar
Del otro lado, las desventajas del viaje en tren a lo largo de Argentina, siendo un país tan grande, son los tiempos. A lo extenso de nuestro territorio se le suma el precario estado de vías y formaciones. Los tiempos de viaje en tren son sustancialmente mayores a otras formas de viaje.
El tren de larga distancia que supimos tener
A mediados del 1800 se comenzó a construir la red de trenes nacionales en Argentina. La primera línea de larga distancia en el país conectó la estación Constitución, al sur de la Ciudad de Buenos Aires, con la ciudad de Chascomús, en el año 1874.
Un año antes, en 1873, comenzó a construirse el Ferrocarril Central Argentino entre las ciudades de Rosario y Córdoba. Durante esta etapa, las líneas de trenes nacionales fueron el Ferrocarril del Oeste, Ferrocarriles del Sur (hoy Roca), Central Argentino (hoy Mitre) y Andino (hoy San Martín).
Algunos datos del tren en 1880:
- Habían en Argentina más de 5 mil kms de vías (sólo 1200 pertenecían al estado), es decir, lo mismo que tenemos en la actualidad
- Transportaban más de 3 millones de personas
- Transportaban más de 1 millón de toneladas de carga
A partir de 1890, comienza la profundización del ferrocarril. Se comenzaron a tender vías entre capitales provinciales (estaban conectadas Córdoba, Tucumán, Salta y Jujuy, por un lado, Mendoza, San Luis, San Juan, Santiago del Estero, por otro, solo como algunos ejemplos).
Algunos datos de fines del 1800:
Para finales de siglo, la evolución del ferrocarril en Argentina era evidente en números. 16 mil kms de vías, 18 millones de pasajeros y 11 toneladas de carga.
Con Buenos Aires como epicentro, Rosario y Bahía Blanca como principales puntos de interconexión, la red férrea unía más de 50 grandes ciudades, siendo los más utilizados Mendoza y San Juan al oeste, Jujuy al norte, Neuquén al sur y Chaco al noroeste.
Para abastecer toda esta red se utilizaba la Estación Central de Buenos Aires, ubicada junto a la Casa Rosada. Desde su desaparición en 1897 se comenzaron a utilizar las cuatro grandes estaciones cabecera que hoy conocemos: Retiro, Constitución, Once y Chacarita.
Comienzos del 1900
Diversos factores influyeron en el freno que tuvo el desarrollo del tren. Las guerras mundiales hicieron que Inglaterra y Francia dejen de destinar recursos a la Argentina. Ante este escenario, para mediados de siglo todas las líneas fueron estatizadas y rebautizadas con los nombres que conocemos hoy (Belgrano, Mitre, Roca, etc.)
El proceso comenzado por el presidente Perón continuó sin interrupciones hasta la década del 80: falta de inversión, priorización de otras formas de transporte y poca rentabilidad, hicieron que el tren deje de crecer a ritmos tan acelerados.
Hacia 1960, aproximadamente, Argentina tuvo la red de ferrocarriless en su máxima expresión.
Los distintos gobiernos argentinos fueron cambiando su estrategia de transporte, que en torno a trenes incluyeron más planes de modernización (renovación de vías, reemplazo de trenes a vapor, etc.) que de expansión de la red nacional.
Hacia 1970 se vieron severas reducciones en cantidad de líneas. La mayoría de los servicios deficitarios, como aquellos de trocha angosta, fueron cancelados. En tiempos de dictadura se incrementaron los levantamientos de vías y suspensión de servicios, por ejemplo, los trenes al noroeste.
Privatizaciones a finales de siglo
Con el gobierno de Menem, las líneas de tren que pertenecían al estado cambiaron de mando. Los servicios metropolitanos y de cargas cayeron en manos de consorcios privados. Los servicios regionales, a manos de cada gobierno provincial.
El tren en Argentina comenzó a reducirse drásticamente, en cantidad de vías operativas, de servicios disponibles y de usuarios y carga transportada.
El peor resultado fue la enorme cantidad de pueblos que dependían del ferrocarril y prácticamente desaparecieron. Se anularon puestos de trabajo, zonas enteras quedaron desabastecidas e incomunicadas.